«Lo que hay de Nubla en mí [Suite para clarinete y dromedarios cazadores]». Tiene estructura, más bien repetitiva, pero la tiene. Y es lo más cercano a una «canción», o múltiples microcanciones que he compuesto en tiempo.
Es un track gestado tras la invitación de Francisco López para crear algo en forma de tributo a Víctor Nubla, ya que fue una influencia para muchos de los músicos experimentales de este país.
La «canción» tiene un invisible recorrido vital que me lleva a mis orígenes e influencias, las populares y las menos acomodaticias:
banda de música de pueblo, conservatorio de provincia, clarinete a diestro y siniestro (antes requinto), interés por todo lo que sonara avanzado (desde crío), eclecticismo (incorrecto a día de hoy), gusto por el arte underground (en general), y por bestias libres como Macromassa, Comando Bruno), Francisco López, Anton Ignorant, Esplendor Geométrico, Eliane Radigue, Escupemetralla, Orfeón Gagarin, Aube, C. Marclay, D. Bailey, Else Marie Pade, Pauline Oliveros, Hildegard Westerkamp, Terry Riley, Pablo Reche, Maurizio Bianchi, y muchos más.
El tema acaba a lo Riley en modo viaje infernal psicotrópico.
Cuando encuentre algo de tiempo tal vez intente componer un disco íntegro en esta línea.
P.D:
Este es un homenaje compuesto y grabado en un par de días.
No quería ni reposo, ni post producción, ni nada por el estilo. Únicamente inmediatez y sentimiento (de respeto) hacia Nubla y el disco de Macromassa «Los Hechos Pérez«.
Recito texto del libro «Cómo caza un dromedario» (Víctor Nubla), publicado por Blackie Books.